Amor, Amor

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ART POÉTICA

martes, 26 de abril de 2011

POESÍA ERÓTICA

La literatura erótica es un género literario en el cual los textos se relacionan, directa o indirectamente, con el erotismo y el sexo. En ocasiones se puede referir a la misma también como literatura pornográfica si las escenas sexuales son realmente muy explícitas, aunque normalmente sigue considerándose dentro del erotismo.
El erotismo y el sexo han estado asociados a la sociedad y la cultura del hombre desde los inicios de los tiempos, y el caso de la literatura no es una excepción, si bien a menudo se ha visto sometida a la censura por considerarse un tema reprobable o pecaminoso. Asimismo, también es frecuente la alusión al sexo o pasajes eróticos englobados dentro de obras mayores, no como tema principal de la obra, sino como capítulos aislados que contribuyen al devenir de la narración o al desarrollo de personajes. Así, por ejemplo, es posible encontrar fragmentos claramente eróticos en obras como el Quijote de Cervantes o el Ulises de James Joyce, sin que por ello se considere a estas obras dentro del género.[3] [4



Elisa, querida,
no me importa oler tus bragas
ni tragarme algunos pelos de tu coño;
ya sabes Elisa, que las golosinas,
siempre han sido mi punto flaco.

Del libro "Pubis, púber" Ed. Pictografía (Murcia).





ART POÉTICA recomienda esta semana las siguientes lecturas:


HO XUAN HUONG
(Poetisa vietnamita, siglo XIX)
EL FRUTO DEL ÁRBOL DEL PAN

Mi cuerpo es como el fruto que da el árbol del pan,
de corteza rugosa, de pulpa muy espesa;
amigo, si te gusta, hunde en él tu punzón,
pero, ojo, si lo palpas, te pringarás los dedos.
                                        
                                                                             
   
 
.ANACREONTE
(Período Helenístico 572-485 a.C.)
              
-Jovencito que tienes una mirada virgen
trato de conseguirte pero tú no me escuchas.
Y es que no eres consciente
de que en tus manos llevas las riendas de mi alma.

ANTONIO SOTO ALCÓN
(Murcia 1952)

¿Y qué me importa a mí
que llueva o salga el sol?
Ella, la de los ojos grises.
Ella, la de la risa fácil,
ya no me cubre con su sombra.
Se fue al despuntar el alba
como aquel que roba y huye.
Se fue llevándose mi alma. 
Ella, la de los ojos grises.
Ella, la de la risa fácil.
 




Aún hoy recuerdo
su dureza fascinante en la unión amorosa,
en la batalla sin armas
del jugueteo sexual,
y cómo podíamos,
enlazados en una postura trenzada,
levantarnos y acostarnos  sin el apoyo de las manos.
La recuerdo humedecida
por la sangre de los arañazos
y de los labios mordidos.

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